Juan Carlos De Pablo tiene la virtud de expresar con palabras sencillas los tecnicismos que, muchas veces, se explica desde la economía. Es lo que él llama “aplicar la libreta del almacenero” para entender lo que nos pasó y los que nos puede pasar a partir de la experiencia.
El economista, que vino a Tucumán para disertar en el marco del Foro de Economía del NOA, organizado por la Fundación Federalismo y Libertad, explica que el hecho de que la Argentina viva encima del carrito de la montaña rusa, en materia económica, es por decisión propia. “Pasa que no adoptamos las decisiones que debemos tomar para no estar en ese carrito. Y hoy estás a merced de Turquía, Brasil y pasado mañana Islandia y quién sabe luego”, sostiene en una entrevista concedida a DINERO. “Hagamos equilibrio fiscal y no tenemos que depender más de eso; vamos a ser un poco más independiente”, acota. De Pablo considera que, en política, el año que viene no existe, porque no sabemos qué puede pasar al día siguiente en la Argentina. En su actividad docente, el economista sostiene que siempre le dice a sus alumnos que, si quieren trabajar en política económica, deben pensar como si estuvieran en una guardia de un hospital. “El médico puede estar en un momento determinado tranquilo, pero de repente entran 32 heridos y paff. Quiero decir que deben tomar decisiones rápidas, con información perfecta y con el tiempo en contra, rodeados de tipos que te putean y te quieren matar. Así se labura en un hospital; si no tenés estómago, dedicate a otra cosa”, relata. En suma, De Pablo sostiene que, en economía aplicada, las balas son de verdad. La diferencia es que, si tenés buenos o malos diagnósticos, su incidencia es sobre puestos de trabajo, salario, quiebras. “Es decir, no es para estar jodiendo”, dice durante la siguiente entrevista.
- ¿A qué atribuye la conducta cíclica de la economía argentina a lo largo de su historia? ¿Un proceso necesario o una mala costumbre de tropezar con la misma piedra?
- No diría que se trata de una mala costumbre; sí que los argentinos tenemos una sensibilidad determinada a eso, producto de la historia que tenemos adentro. Ponele: vos tenés una tía que, cuando se enteró que me vas a entrevistar, tal vez te dijo “ah, preguntale por el dólar”. La señora esa ya compró los dólares; sólo está buscando un cómplice. No está buscando asesoramiento. Esa señora, que debe tener una edad respetable, tiene dentro de sí tres crisis, el Bonex, un corralito y un millón de cuestiones más que pasaron en la economía argentina y, entonces, actúa en consecuencia. La razón por las cuales las crisis son tan intensas (por eso me gusta tanto la expresión de Lucio Reca -ingeniero agrónomo- que dice que la Argentina no es un país cíclico, sino ciclónico) es que eso que vos sabes dentro de tu entorno familiar, de guardar en las buenas para pasar las malas, cuando llegas al gobierno resulta imposible. En la Argentina se gastan todo lo que tienen, todo lo que no tienen y se endeudan y, cuando se corta la racha, pum. Entonces, la reactivación es más 9 porque la recesión fue menos 8. Es así.
- Algunos de sus pares economistas sostienen que los ciclos económicos en el país son cada vez más cortos...
-Hay de todo. Hay una teoría que dice que tenemos un ciclo cada 10 años. Es una estupidez, porque si yo te muestro una serie tenés cada 10 años, cada tres meses, cada dos días o cuando vos quieras. La versión más peligrosa de todas es que sólo tenemos una crisis cada 10 años. Y eso no es así. Ahora de repente las cosas se acortaron, tal vez deba ser porque estás con mejor información; eso puede ser. Pero, más que el timing, como economista te tenés que dar cuenta que si en lo que estás es sustentable o no, si en el tiempo lo podes sostener o te está comiendo los stocks. Si sucede esto último, sonaste. Si estás dependiendo del endeudamiento, en algún momento vas a tener problemas.
- ¿Es necesario que la Argentina recurra ahora a un “waiver” (perdón) al FMI justo cuando se está poniendo en marcha algunos puntos del acuerdo por el crédito stand-by?
-No tiene alternativa. Por lo que sé, está referido a porciones poco importantes del acuerdo. La clave es la cuestión fiscal y creo que allí se está cumpliendo. Si al Fondo le decís que no podés cumplir la cuestión fiscal, entonces sí te va a mirar feo. Ahora cumplir la tasa de inflación, eso es una cosa que quedó de antes y que siempre lo consideré una estupidez intelectual y con números ridículos. Creo que por allí no pasa la cosa.
- ¿Qué deben hacer los gobernadores en este contexto de endeudamiento y con la vista puesta en el año electoral?
- Aquí se tiene que poner alrededor de la mesa los que tienen poder de decisión ejecutiva. Y me refiero al presidente, a los gobernadores y a los intendentes. Los demás tienen que mirar. Una cosa obvia es que, si no querés estar a merced de los mercados internacionales, tenes que mostrar equilibrio fiscal y tenés que ver qué vas a hacer con los stocks de la deuda. La primera cosa que tenés que realizar es no incrementar la deuda y para eso hay que cerrar las cuentas fiscales. No le demos más vueltas. Es como la libreta del almacenero. Para eso hay que sentarse y poner toda la carne en el asador y anunciar todo de manera simultánea, porque si anuncias medidas de a una, el afectado cree que tenés un problema personal con él. Puede llegar a decir “por qué no te la agarrás con la soja; por qué te la agarrás con el trigo; por qué te la agarras con los anteojos”.
- ¿El presidente Mauricio Macri ha sido rehén del gradualismo?
-Más que rehén, creo que él eligió ese camino. Yo no estoy en la cocina, pero me parece que probablemente antes del 10 de diciembre de 2015 alguien le dijo empezá con todo y otro le dijo no, fíjate. Entonces eligió la segunda opción. Eso queda para la historia económica. La política económica siempre es de acá para adelante.
- ¿Cuánto de herencia hay en el cuadro de situación actual y cuánto por obra propia?
- Depende de la variable. En tarifas todavía hay… en otras cosas no. En Lebac, es un invento de este gobierno. Cuando alguien dice bueno, este gobierno ya no le puede echar la culpa al anterior, digo: depende de la variable, pibe. Una cosa es la parte política o politizada si vos querés llamarlo así. “Bueno, problema tuyo; no dijiste”, se puede argumentar. Desde el punto de vista práctico, depende de la variable. El anterior gobierno nombró dos millones de empleados públicos, ¿cuántos rajó este gobierno? Ninguno. Bueno. Ahí tenés parte de la herencia. Otros dicen: le diste un carnecito de jubilados a tres millones de tipos que no pusieron un mango. Y no podes tocar a nadie de eso. Bancatela. Mientras te podías endeudar decías “bueno Juancarlito”. Ahora, ya está más complicado.
- ¿Hay que mirar lo que sucede con la Lira turca o al Real brasileño, más de lo que le pasa al peso argentino?
- Son cosas distintas. Los argentinos tenemos un pasado dramático. Entonces vos tenes que entender que cualquier tipo que maneja un fondo de inversión, cuando se asusta, pick, se raja de la Argentina. Entonces, ¿cuál es el remedio? No dependas más de ese tipo. La primera cosa que hay que decir es que no le pidas más plata. Lo segundo, tratá de ver qué hacer con los bonos que tiene. En el caso argentino, somos bimonetarios y entonces, por qué tenemos que cambiar eso. ¿Dolaricemos? No. ¿Concienticemos? Tampoco; no perdamos tiempo. Yo voy a un bar, pido un café, me dice son $ 60 pesos; le doy dos dólares. El mozo me dice, gracias. No me va a decir “esto qué es”. No. Para qué vamos a inventar más problemas; suficiente con los problemas que tenemos.
- Si fuese ministro de Economía, ¿qué medidas tomaría?
- La primera cosa que tenés que hacer, aún cuando suenas como candidato, es hablar con el Presidente. Las medidas vienen después. Primero hay que hablar y ponerse de acuerdo con el Presidente. Y con el resto de los ministros y la oposición después. La política económica siempre se da en un contexto político y, en la Argentina, particularmente politizado. Es así. Pero no te calentés porque no voy a ser ministro. No te preocupes.